Funkópteros: Groove chileno y poesía social desde La Cisterna
Desde La Cisterna, al sur de Santiago, despega Funkópteros, una banda emergente que ha ganado su lugar en los circuitos under capitalinos. Su propuesta sonora que cruza el funk, el hip-hop y el rock callejero, el grupo convierte cada show en una fiesta sudorosa, pero con contenido. Porque lo de Funkópteros no es solo hacer bailar: es hacer pensar, reír, rabiar y reconocerse en la vorágine de la vida urbana chilena.
La formación es un cóctel sonoro potente: Matías "MatuFunk" Rojas escupe versos entre el rap y el canto, con flow de esquina y humor ácido. Javier "JavoGroove" Herrera maneja un bajo grueso que marca el pulso funkero, mientras Camila "CamiBeat" Pizarro lleva el ritmo desde la batería, con groove y beatbox. Sebastián "SebaRiff" Morales arma riffs filosos en la guitarra, mientras Cristóbal "KrisFlow" Fuentes revienta teclados, samples y efectos psicodélicos. Y como toque final, Diego "DeeBrass" Gutiérrez suma trompeta y percusión menor, dándole el aire de carnaval callejero que completa el sonido funkóptero.
En su búsqueda por empujar límites, la banda está colaborando con el enigmático poeta iconoclasta El Hijo del Diluvio, figura de culto en el under literario, para musicalizar varios textos de su libro "El último que sale apaga la luz". El primer fruto de esta alianza es "24/7", una canción que parte del poema homónimo: un retrato feroz y sarcástico de la rutina chilena, donde el trabajo incansable se entrelaza con un calendario absurdo lleno de fechas comerciales, festividades impostadas y escapadas vacacionales que solo disimulan la desesperación existencial.
Musicalmente, "24/7" es un funk con nervio hip-hop y toques de spoken word. Sobre un groove pegajoso y machacante, MatuFunk recita versos cargados de ironía, hablando de esa vida que se va entre pagos, tacos, feriados, asados y deudas. Los teclados y samples de KrisFlow arman una atmósfera entre tragicómica y lisérgica. El resultado es un himno generacional, perfecto para bailar con rabia en una fonda imaginaria de fin de mundo.
Con esta mezcla de groove, poesía y desparpajo, Funkópteros no solo hace música: pinta un mural sonoro de lo que significa vivir y sobrevivir en el Chile 24/7. Una banda que llegó para incomodar, divertir y hacer pensar, todo al mismo tiempo.
Canciones
Delirios Colectivos (Ft.: Algoritmo)
Manual de amor adolescente (del Inventario Galante de Diluvio)
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