La Banda Azul: Blues desde el sur
El plantel completo de la Banda, antes de salir a escena
Irreverentes, atrevidos y de un humor negro implacable. Desde Argentina llega, Banda Azul. Inspirados en la escuela de Memphis La Blusera, pero con su propio fuego, sarcasmo y picardía, estos pibes mezclan ritmos clásicos del blues con letras que no se andan con vueltas. Aquí no hay lamentos de amor de bar barato: hay ironía, crítica social y carcajadas amargas que te dejan pensando.
La formación es como el fútbol argentino, de clase mundial. Como salida de un guion que mezcla tango, whisky barato y madrugadas porteñas, Banda Azul se abre paso con potencia. Una guitarra que llora en fingerpicking con sabor a arrabal, una sección de vientos que responde con guiños burlones y una voz rasposa que narra historias con la autoridad del que vivió (o escuchó en el almacén) las mil y una. Todo eso sobre un groove de bajo y batería que late con ritmo de shuffle.
Leandro "Lucho" Bazán (voz y armónica): el líder indiscutido, con una voz que raspa como lija y una armónica que suena como un lamento en una noche de tormenta.
Leandro "Lucho" Bazán, alma y voz de la banda
Germán "El Pulpo" Rivas (guitarra principal): Virtuoso de las seis cuerdas, con un fingerpicking afilado y un amor incondicional por las Fender gastadas.
Federico "Fede Blues" Domínguez (bajo): Groove sólido y mirada impenetrable, el que mantiene todo en pie cuando la banda se desmadra.
Facundo "Tino" López (batería): Reloj suizo con baquetas, capaz de cambiar de ritmo con un guiño y sostener la locura con su redoblante.
Facundo "Tino" López, siente cada golpe como si contara su propia historia
Lautaro "Saxo" Quintana (saxo y coros): El encargado de los vientos, metiendo fraseos filosos y comentarios sarcásticos entre canción y canción.
Lautaro "Saxo" Quintana, filosofía y humor en acordes virtuosos
Su canción "Proactivo" es un viaje melancólico y crítico, que entre acordes en La menor y versos que retratan una infancia dura, nos recuerda que el blues también puede contar historias del Zanjón de la Aguada. La guitarra susurra y rasguea, mientras el coro te sacude con un grito: "Ay, infancia endurecida, rostro quemado en la espera". Duele, pero se canta.
Por otro lado, "Komotú, el perro guardián" pone el toque sarcástico. Con groove, saxo juguetón y una voz hablada que recuerda esas charlas de barrio llenas de exageraciones, Banda Azul nos presenta a Komotú, un perro "guapetón" que se hace el bravo, pero que en el fondo sabe muy bien a quién hay que morder. El estribillo es pegajoso: "¡Ay, Komotú! ¡Komotú! Cuidás la casa… pero no la bici, bolú…" y se remata con un solo de saxo y ladridos lejanos que cierran con carcajadas.
Con Banda Azul el blues no solo se siente; se piensa, se ríe y se vive. Una agrupación que llegó para recordarnos que la ironía, la crítica y el humor más negro también tienen su lugar en el pentagrama blusero.
© [2025] [Daniel Olivero González]. Todos los derechos reservados.








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